lunes, 17 de marzo de 2014

Atarazanas Reales



   Las Atarazanas Reales de Sevilla se levantan muy poco después de conseguida la toma de la ciudad a los musulmanes (año 1248) por el rey Fernando III de Castilla, cuando su hijo Alfonso X decide en 1252 la edificación de unas Reales Atarazanas para la construcción de galeras en unos terrenos fuera del recinto amurallado y muy cerca del río, en la zona comprendida entre la Torre del Oro, la Torre de la Plata, y las Puertas del Carbón y del Aceite.

   Tan magna empresa representa el testimonio de lo que hoy es uno de los edificios civiles más singulares de Sevilla, y que desde el siglo XIII hasta nuestros días ha ido soportando, al tiempo que la ciudad que lo alberga, las transformaciones propias de un ente vivo y en continua evolución.


   Por ello, en el Arenal de Sevilla se levantan 17 enormes naves de fábrica de ladrillo en sentido perpendicular al río Guadalquivir y delante de la cerca almohade de la ciudad, donde los carpinteros de ribera se esforzaban en la construcción de barcos, primero; y los pescadores y almacenistas se dedicaban a la salazón del pescado, luego, quienes ocupan la primera nave procedentes de la plaza de San Francisco al trasladarse la pescadería desde allí; así como los comerciantes a sus mercancías, más adelante, cuando se destinan a almacenes reales y aduana; sirviendo a partir del siglo XVIII como fábrica y depósito de artillería; siendo el Ejército el último de los grandes inquilinos en la historia de estas Reales Atarazanas sevillanas, hasta casi finales del siglo XX.

   A lo largo de su historia las Atarazanas Reales han sufrido transformaciones importantes, quedando en la actualidad sólo siete de aquellas diecisiete primeras naves originales. La primera de esas grandes intervenciones se realiza en el año 1641 para la construcción del Hospital de la Caridad y su iglesia, realizándose obras en cinco de sus naves para transformarlas en el actual Hospital de la Caridad cuya cofradía se reunía desde 1578 en una capilla consagrada a San Jorge para acoger los cadáveres de ahogados y ajusticiados; y la segunda, de mucho mayor impacto, mucho más recientemente para la construcción del actual edificio de la Delegación de Hacienda.


   El primer asentamiento de las dependencias artilleras en las Atarazanas data de 1587, en tiempos de Felipe II; sin embargo no es hasta 1719 cuando se disponen cinco naves para el almacenamiento de material de artillería. Más tarde, en 1762 comienzan las grades reformas del Cuerpo de Artillería que influirán decisivamente en el futuro de estas instalaciones, siendo el primer paso importante para que en este edificio Sevilla cuente con un gran depósito de carruajes y pertrechos para suministrar a las tropas, que acabó traduciéndose en una ampliación en la capacidad de talleres y almacenes, con la anexión de dos naves más, que completan las siete actuales.

   En 1782, las Maestranzas de Cádiz y Málaga se funden en la de Sevilla, quedando ésta como abastecedora única para toda Andalucía y Extremadura; y un año más tarde, también para la América hispana, lo cual conlleva una nueva operación arquitectónica que transforma parte del edificio y levanta su emblemática fachada, tal como hoy se ve. 

   Os dejo con algunas fotografias que pude hacer... y deciros que la proxima entrada será de la Real Maestranza de Artillería... espero que os haya gustado...y deciros que estan cerradas al público por mucho que se empeñen las páginas de turismo en publicar los horarios de visita.




Me encanto este detalle 
   Un beso desde la orilla del rio para mis lectores...

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2 comentarios:

  1. Caray, dan un poco de miedo, son bonitas, pero tétricas. Parece mentira que se hayan usado para tantas cosas. Cuando vi la primera foto, me pensé que era una antigua prisión. Muy curioso.

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    1. Si que dan yuyu, y menos mal que la estan restaurando, son increibles las atarazanas...

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